MICROCUENTO "LA DESPEDIDA"

Hola de nuevo, esta semana mi microcuento está basado en una experiencia que he vivido con mi mascota. Si tenéis mascotas y no podéis cuidarlas hay sitios donde pueden ser más felices, no debéis ser egoístas y buscar su felicidad aunque sea una decisión muy difícil.

LA DESPEDIDA

Desplegué  las alas y pude descubrir que podía volar. Yo solo era un pájaro cualquiera con alas pequeñas que no me permitían planear bien. Un día mi madre me pidió que recolectara comida y la llevara al nido. Así hice, salí entusiasmado pero, al entrar en el bosque, mi ala se enganchó con la rama de un árbol  y se me rompió. Entonces caí al suelo y me quedé allí, solo, sin nada que comer. Estuve allí varias horas ya que no podía ni dar un paso pero, al cabo de unas horas más, un grupo de senderistas llegó donde yo estaba. Todos eran mayores menos dos niños que al parecer se llamaban Beltrán y Carmen. Ellos me vieron, me recogieron y trataron con mucho cariño. Estuve con ellos toda mi vida y, cuando crecí, me convertí en un gran y bonito guacamayo rojo. Cuando Beltrán y Carmen se hicieron mayores tuvieron tres hijos a los que llamaron Sandy, Violeta y Enrique.  A medida que crecían ellos me cuidaban, me querían y me trataban como a uno más de la familia. Así logramos crear la familia perfecta y estar siempre unidos. Hasta que un día, cuando los niños eran ya mayores y  no me cuidaban lo suficiente, Beltrán y Carmen cansados de tener que cuidarme siempre, decidieron llevarme a un lugar donde cuidan animales. Cuando llegué me costó acostumbrarme pero, pasaron unos días y me conseguí acostumbrar ya que hice algunos amigos. Yo en este sitio estaba muy triste, a pesar de que es el lugar perfecto para mí. Estaba muy triste ya que me acordaba mucho de toda mi familia pero, a medida que pasaron los días me sentí cada vez mejor.  Mi nuevo hogar es genial aunque siempre llevaré en el corazón a mi familia y todos los momentos inolvidables que pasamos.